En los años 30, una encantadora joven, María Álvarez irrumpe en la vida de unos acomodados herederos de una importante empresa dedicada al comercio del jamón, los gemelos Díaz Montero. Ambos hermanos ya estaban enfrentados por su oposición ideológica pero la aparición de María solo profundizará ese desencuentro: nada volverá a ser como fue. Tampoco lo será el noble jardín de su madre, doña Encarnación, que ha empezado a sufrir cambios inexplicables: las rosas de Provenza se debilitan, los crisantemos no florecen, el narciso se desvanece... Lo que Encarnación no sabe es que su jardín es metáfora de la trágica grieta que dividirá a su familia y a toda España con la guerra civil que se avecina...

Ya en un nuevo siglo, escapando de las habituales crisis argentinas y de sus propios problemas personales, Rafael Becerra abandona su trabajo como profesor de música y decide afincarse en Madrid. Atrás quedarán la mujer que una vez amó y su pequeño hijo. Aquí se enfrentará a la soledad y al desafío de ser un inmigrante anónimo en la tierra de su abuela María, aquella joven que enfrentó a los hermanos Díaz Montero, suceso que jamás confío a nadie, como tampoco contó cuál fue el drama que la empujó a un exilio sin retorno.

María y Rafael, cada uno en su tiempo, compartirán la lucha por la supervivencia en tiempos difíciles y la insospechada irrupción del amor cuando menos se lo aguarda. En esta novela sobre el poder de los afectos, Viviana Rivero vuelve a demostrar que es una auténtica maestra de las sagas familiares y de historias de amor tan conmovedoras como inolvidables.