Merricat Blackwood es una niña solitaria y con mucha fantasía que vive en el caserón familiar con su hermana mayor, la Constance, y su tío Julian, un hombre viejo y minusválido que se mueve en silla de ruedas. La Merricat pasa las horas vagando por el jardín, enterrando tesoros, jugando con su gato Jonàs y soñando con viajar a la luna y empezar una vida nueva. Y, desde que hace seis años murió el resto de su familia, una de sus obsesiones es proteger su hermana, y la casa, del chisme, la hostilidad y el rechazo agresivo de la gente del pueblo. Los días transcurren tranquilamente en medio de una alegría plácida y solitaria hasta que una visita inesperada se planta justo en medio del jardín y se instala en el caserón. Aterrada, sólo la Merricat consigue ver el peligro; esta visita, y la presencia constante y acaparadora del pasado que no se va nunca, cambiará sus vidas definitivamente.