La novela negra y policíaca en Cataluña no tuvo una tradición propia -con permiso de Rafael Tasis y Manuel de Pedrolo- hasta bien entrada la década de los setenta. Precisamente, uno de los artífices fue Jaume Fuster i Guillemó (1945-1998), que inauguró un camino que ya no tendría traba para la literatura que él llamó de «ladrones y serenos». Autor de novelas, traducciones, guiones, tareas editoriales, artículos teóricos, etc Fuster fue un trabajador incansable, innovador infatigable y jugador compulsivo que trajo la modernidad del género a nuestra casa.