Desde que salió de la prisión dublinesa de Mountjoy e intentó establecerse como delincuente por cuenta propia, Frankie Crowe no había tenido suerte. Harto de dar golpes que apenas dan para pagar el alquiler, planea secuestrar a Justin Kennedy, un banquero que ha prosperado en los años del Tigre Celta. Para hacerlo, necesita la aprobación del temido Jo-Jo Mackendrick, antiguo jefede Frank y conocido mafioso local. No le frenan ni las reticencias de Yo-Yo ni enterarse de que Kennedy no es banquero sino abogado. Frankie no está dispuesto a renunciar al rescate de un millón de euros.